El llanto de los gatos se escucha de noche,
cuando todo se queda en frágil silencio
y la luna sucia apenas alumbra el cielo
aparece así, sin tiempo de prepararse
desde la oscuridad de algún recoveco.
Junto al mar, en el muelle, en el puerto,
los gatos lloran y gimen aún más,
alimentados por la brisa y la bruma del mar,
por el pescado de los caladeros,
por el abandono de sus dueños…
En medio de la noche lloran, callejeros,
los gatos sin hogar lloran y maúllan
como si la vida les fuese en ello…
y sus voces, sus espeluznantes voces retumban
como el llanto de miles de niños pequeños.
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