Tenían puesta esa mirada en los ojos, como agujeros negros, como esferas oscuras, flotando suspendidas, en el cielo.
Bajo la tarde vestida de azul que descubría el firmamento, miraban con ternura y sonreían. seguían sonriendo.
Teñido de color salado el viento reía con ellos, y se arremolinaba y, jugando, les alborozaba los cabellos...
Algo latía en sus rostros, algo murmuraban sus labios quietos, algo surgía
y se estremecía
y gritaba aullando en silencio
Algo demasiado hondo
demasiado profundo
demasiado adentro
Algo lo decía, me lo decía, y yo.....
No pude entenderlo.