Tienes los ojos más inquietantes que he visto nunca, me miran en sus dejes color cristal y siento como si… …me apresasen. Dentro de esa mirada gélida hay flechas de hielo, intento… …buscar otro lado, sin éxito, me estás mirando y no sé por qué lo haces… Podría decir que he visto una ventana en el cielo adornada de irises en el fondo de tus sentidos y que, al atravesarla: la luz, forma arcos de color, flexionados por el peso de tu iris… Podría decir que no existe mejor manera de engalanarlos que remarcando su figura con los doseles de paños dorados que resbalan desde tu cabeza marcando la perfecta orografía de tus facciones color tibio y claro, tan transparentes que dejan entrever tu sangre ilusoriamente azul. Pero no voy a decírtelo, porque ya no creo en el amor, ni en las cosas bellas, cuando dos personas acaban juntas lo hacen para llevar mejor esta mierda, estoy satisfecho con ello, lo he aceptado, me va bien, no puedo quejarme… al menos demasiado… Pero pienso en ti y, cuando me miras, vuelvo a sentir que soy tan pequeño como una canica, tan pequeño como el príncipe de aquel asteroide... no sabes cuánto te odio porque seas capaz de conseguir esto.